Según el DSM-IV-TR (APA,
2005) el duelo es una reacción a la muerte de una persona querida acompañada por síntomas
característicos de un episodio de
depresión mayor (tristeza, insomnio, pérdida del apetito), pero el estado de ánimo depresivo es considerado como normal.
Para Bucay (2004), el duelo
es el proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la adaptación y
armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva
realidad.
Montoya, J. (2003) indica
que “el duelo se define como una reacción adaptativa normal ante la pérdida de
un ser querido”.
El duelo, según de la
Fuente (2002, citado en Cruz, 1989) es un proceso emocional y conductual
definido, sujeto a variaciones individuales que dependen del carácter del
sujeto con el “objeto” perdido, del significado que tiene para él esa pérdida y
del repertorio de recursos de que dispone para contender con ella.
El
duelo
no
se
considera
como
un
trastorno
psíquico,
sino
como
una
reacción
normal
ante
una
situación
de
pérdida (Lindeman,
1996).
El
duelo es el proceso por el que pasa una persona que sufre una pérdida. La
intensidad y las alteraciones que provoca en el doliente van a depender de
varios factores. Éstos son, entre otros, la relación emocional y de dependencia
con el ser perdido, las circunstancias de la muerte, el tiempo de preparación
para la pérdida, etc.
El
duelo es, en principio, un proceso normal que cumple una función adaptativa. No
requiere en la mayoría de los casos de intervenciones específicas, siempre que
el doliente disponga de recursos adecuados tanto internos como externos para
hacer frente a la pérdida
DURACIÓN
La
duración del duelo es muy variable dependiendo de cada persona y situación. La
mayoría de artículos clásicos refieren una duración inferior a un año. Otros
más recientes consideran que la persona que ha tenido una pérdida importante
comienza a recuperarse en el segundo año.
MANIFESTACION:
Buendía (2001) establece
que existen diversas manifestaciones del duelo sano que en la vida cotidiana se
consideran anormales. Algunas de estas manifestaciones son:
a) Síntomas emocionales
Incluyen
sentimientos de tristeza, enojo, culpa, ansiedad, soledad, impotencia, shock,
anhelo, alivio e insensibilidad o bloqueo.
b) Síntomas Físicos
Malestares
corporales tales como la opresión en el pecho, dolores de cabeza, Dificultad
para respirar, necesidad de suspirar, falta de energía y fatiga.
c) Síntomas cognitivos
Comportamiento
distraído, aislamiento, conducta de búsqueda caracterizada por la inquietud.
DUELO PATOLOGICO
Bucay (2004), menciona que el duelo
patológico sucede cuando voluntario o involuntariamente se interrumpe el
proceso de duelo normal, la herida nunca llega a cicatrizar.
v
El duelo patológico se puede deber a alguno de
los siguientes factores:
v
Cuando el proceso de duelo nunca empieza.
v
Se detienen en alguna de las etapas.
v
Progresa hasta alguna de ellas y regresa
recurrentemente hacia alguna anterior.
v
Se estanca intentando evitar otra etapa.
Cabe mencionar que existen
ciertos predictores para el duelo patológico, tales como (Cruz, 1989):
- Muertes repentinas.
- Circunstancias traumáticas de muerte.
- Historia de pérdidas múltiples.
- Muerte de un niño.
- El sujeto que sufre la pérdida se encuentra en etapa temprana o tardía.
ETAPAS PRINCIPALES DE DUELO
1.
Fase
de Negación.
Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida
2.
Fase
de enfado e indiferencia.
Euforia o enfado por no poder evitar la pérdida.
3.
Fase
de Negociación.
Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la
pérdida.
4.
Fase
de Dolor Emocional.
Se experimenta tristeza y dolor por la pérdida.
5.
Fase
de Aceptación.
Se asume la pérdida, pero jamás se olvida.
De
acuerdo
con
lo
que
he
venido
planteado
hasta
aquí, los
objetivos
de
la
intervención
deben
consistir
en
favorecer
el
trabajo
de
duelo,
para
ello
es
importante (Fernández
y
Rodríguez, 2002):
ü
Facilitar
la
aceptación
de
la
realidad
de
la
pérdida.
ü
Facilitar
la
expresión
y
el
manejo
de
los
sentimientos
ligados
a
ella.
ü
Facilitar
la
resolución
de
los
problemas
prácticos
suscitados
por
la
falta
de
lo
perdido.
ü
Facilitar
una
despedida
y
la
posibilidad
de
volver
a
encontrar
ü
sentido
y
satisfacción
en
la
vida.
TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS PSICOLÓGICAS
|
Algunas
técnicas y estrategias que han resultado útiles para la consecución de los
objetivos se enumeran a continuación.
|
|
PREPARATIVOS PARA CASOS DE
MUERTES MASIVAS
el manejo de los fallecidos comprende una serie de
actividades que comienzan con la búsqueda de los cuerpos, su localización,
identificación in situ, traslado al centro escogido como morgue, entrega
a sus familiares y la ayuda que el Estado pueda brindar para su disposición
final siguiendo sus ritos y costumbres. Al ser una actividad multisectorial
requiere del concurso de un equipo humano de la más diversa índole: personal de
rescate, médicos legistas, fiscales, agentes del orden, personal
administrativo, psicólogos, equipos de apoyo para el personal que está a cargo
del manejo directo de los cuerpos, organizaciones independientes y hasta
voluntarios de la comunidad. El Estado tiene la obligación de manejar el tema
con los más altos niveles de responsabilidad y profesionalismo, cubriendo todos
los aspectos mencionados anteriormente. El sector salud debe liderar la
preocupación sanitaria respecto al supuesto riesgo epidemiológico de los
cuerpos, el proceso de la identificación y la ayuda médica a los familiares de
las víctimas.
ORGANIZACIÓN DE LAS TAREAS
Se requiere establecer mecanismos de
coordinación en los niveles local, regional y nacional para realizar las
siguientes tareas:
- Organizar un equipo interinstitucional para coordinar el manejo de las diferentes actividades, en el cual deben participar como mínimo representantes del Sector Salud, de cuerpos de socorro, de seguridad, militares y del organismo judicial correspondiente.
- Establecer un equipo dentro del Centro de Operaciones de Emergencias para la coordinación interinstitucional del caso.
- Implementar un plan de contingencia específico para el manejo de los cadáveres.
- Manejar la información y coordinar las actividades de evaluación.
- Identificar y procurar los recursos disponibles y los requeridos.
- Organizar la divulgación de información a familiares y al público en general.
MANEJO DE CADÁVERES
En
el caso de desastres causados por eventos naturales, el manejo de cadáveres no
es tarea del Ministerio de Salud. En el caso de epidemias (como cólera) donde
la desinfección de los cadáveres es importante, el Ministerio de Salud tiene
que hacerse responsable de las medidas de salud pública necesarias.
- Los cuerpos deben conservarse en bolsas para cadáveres y si no las hay, se puede usar otros materiales disponibles como plásticos, mortajas, sábanas, etc.
- Los segmentos corporales (por ejemplo, extremidades superiores o inferiores) deben tratarse como si fueran un cadáver completo. Los equipos de recuperación no deben intentar cotejar las partes corporales encontradas en el sitio del desastre.
- Los equipos de recuperación de cadáveres trabajan más eficazmente si se les divide en dos grupos: uno para el traslado de los cuerpos a un punto cercano de recolección y otro para llevarlos a las áreas de identificación y almacenamiento.
- Para facilitar la identificacion de cadaveres se debe anotar el sitio exacto y la fecha cuando se encontró el cuerpo.
- No se debe retirar las pertenencias personales, joyas y documentos de los restos humanos en que se hallaron; esto se debe hacer únicamente durante la fase de identificación de los cadáveres.
- Las ambulancias es mejor reservarlas para la prestación de socorro de los sobrevivientes, por lo cual se puede usar cualquier otro tipo de para movilizar los cuerpo.
- Normas básicas de respeto hacia los cadáveres y sus pertenencias.
BIBLIOGRAFIA
Ciencias
psicosociales II, María del Carmen Ortega; Santiago López; María Lourdes
Álvarez; maría del mar Aparicio
Duelo proceso
individual, proceso familiar, proceso social. Magdalena Pérez Trenado Psicóloga. Psicoterapeuta
Organización Panamericana de la Salud Manejo de
cadáveres en situaciones de desastre. Washington, D.C: OPS, © 2004.
La gestión de cadáveres en situaciones de desastre:
Guía práctica para equipos de respuesta. Washington, D.C.: OPS, © 2006
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